Había una vez... una casita de piedra que vivía en el Club de Campo Ferrol. Unos niños llegaron y soplaron y soplaron...como no se caía, entraron.
Dentro jugaban, leían, creaban y aprendían.
Como les gustaba, se quedaban, y día tras día, la historia se repetía...
Mirad que cuadros más artísticos hemos hecho con conchas marinas! Como las conchas tienen esas formas tan divertidas pueden parecer una falda de una niña o la parte de arriba de la cola de una sirena... ¡imaginación al poder!
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