Había una vez... una casita de piedra que vivía en el Club de Campo Ferrol. Unos niños llegaron y soplaron y soplaron...como no se caía, entraron.
Dentro jugaban, leían, creaban y aprendían.
Como les gustaba, se quedaban, y día tras día, la historia se repetía...
¡Pero qué calor que ha hecho esta tarde! Fue por esto que tuvimos muy pocas visitas en el día de hoy. De todos modos algunas de nuestras incondicionales se acercaron a la Casita a realizar este bonito lapicero decorado con pinzas.
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